Los enemigos públicos de la motivación.

Los pesimistas.

Aléjate de ellos lo máximo que puedas si quieres mantener a tu motivación viva.

Las comparaciones.

Tú eres único, las comparaciones no sirven de nada. Tú eres diferente al resto de personas. Si tienes que compararte con alguien, que sea contigo mismo en otras épocas de tu vida. Es un recordatorio de que eres capaz de cambiar.

Falta de preparación.

Sencillamente a veces no estás lo suficientemente preparado para hacer lo que quieres hacer. Fórmate, estudia, estar preparado te garantizará menos contratiempos en el futuro.

“No me lo merezco”

Eres digno de tus sueños. Te pertenecen y los mereces, por muy grandes que sean debes luchar por conseguirlos. No dejes que el miedo te detenga.

La perfección.

No eres perfecto y eso está muy bien. Edison dijo una vez: “No he fracasado. He encontrado 1000 maneras de cómo no hacer una bombilla” Si no te equivocas y no haces las cosas mal nunca aprenderás cómo hacerlas bien. Es una tonteria pensar que la perfección existe.

Metas inapropiadas.

Es bueno fijar metas altas, lo difícil es hacer plan para conseguirlas. Fija metas concretas a corto plazo sin perder de vista tu meta principal.

Las excusas.

Escucha, todos podemos inventarnos excusas para no hacer nada en esta vida.