Reír en el trabajo nos hace ser más productivo.
- Jesus Salazar
- 19 mar 2018
- 2 Min. de lectura

Aunque algunos puedan tacharlo de informal o poco apropiado para un ambiente laboral, reír en el trabajo puede llegar a ser muy beneficioso para el bienestar y, en consecuencia, para la productividad. Reír, irónicamente, puede ser un tema muy serio: nos ayuda a mantener la salud mental. Al segregar endorfinas cuando reímos a carcajadas, éstas ejercen un efecto analgésico que ayuda a aliviar el dolor a la vez que reduce el nivel de estrés.
Para confirmar esta información citamos del libro “Alta diversión. Los beneficios del humor en el trabajo” del psicólogo Eduardo Jáuregui confirma “pese a que parezca contradictorio, tratar temas serios y graves a partir del humor ayuda a resolverlos con mayor facilidad”. ¡Ojo, que eso no significa que debamos pasarnos el día en relajo! Como todo, en su justa medida. Pero es importante recalcar que, también en el espacio de trabajo, necesitamos no sólo momentos de desconexión sino también actitud positiva. Es lógico, si lo pensamos bien, que una actitud derrotista no sea el mejor camino para solventar problemas. La gravedad de las situaciones hay que tenerla en cuenta y sopesarla, pero no adoptarla como actitud para trabajar.
Siguiendo este orden de ideas, reír a menudo estimula la mente y neutraliza esas actitudes negativas que a veces no nos dejan ver más allá de un problema. Además, comporta una serie de beneficios para la salud como:
Prevenir contracturas: los músculos se relajan, con lo que cuanto más riamos, menos tensión muscular acumularemos.
Mejora del sistema inmunológico: las endorfinas segregadas nos ayudan a proteger el organismo de infecciones. Además, disminuye la hipertensión y aumenta el riesgo sanguíneo.
Quemar calorías: al reír hacemos trabajar diferentes músculos del cuerpo, entre los cuales los abdominales.
Reír también favorece las relaciones interpersonales, ayudando a crear un clima laboral más cálido. Algo que siempre es de agradecer. En el trabajo podemos tener diversas situaciones que contribuyan al estrés: problemas informáticos, fechas límite, peticiones con poco tiempo. Además de intentar cambiar o mejorar esas situaciones, ¿por qué no bromear (de manera apropiada) al respecto? Si conseguimos que el sentido del humor se imponga a los estresores, el ambiente de trabajo será mucho más ameno; cosa repercutirá en nuestra productividad, al estar más motivados.
Tan importante puede ser reír a menudo para los trabajadores, que ya han surgido empresas especializadas en potenciar la risa en el trabajo. Éstas ofrecen desde dinámicas de grupo hasta cursos de risoterapia. De hecho, es un negocio en auge. Este tipo de actividades en grupo también ayudan a fomentar la relación entre compañeros de distintos departamentos o distintos cargos. Allí es donde nos descubrimos mutuamente como humanos. Y el humano, ya sabe, necesita reír para sobrevivir.
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